Niña

 

Hermosa niña, piel de estrellas, ciega inocencia de un ser meneable por el viento de una vida de braza eterna...

Cuando el gorrión de algodón se asusto se te escapo de las manos y en vano, en la rama de un árbol triste, ansioso espero que lo buscaran tus manos.

En la confusión, tu, niña temblando, aceptaste de un ave rapaz, su ala fuerte, que devoro sin lastima las ilusiones fieles; despertaron tarde las pasiones, atormentando con recuerdos que dejaron huellas crueles.

El gorrión d algodón en su memoria inmortal, quedó con una imagen frágil, con el alma herida, con un corte fatal.

 

Autor: Juan Pablo Núñez Regueiro.