Tal vez

 

Tal vez no sea este ser en amor fundido

La razón por la cual

Brillan tus ojos sin sueño

 

Quizás

No exista dueño

De tu corazón divino

 

Pero es tan fuerte el vibrar

Del cuerpo adolescente

Que en la distancia inm3dible

Disfruta el sabor de un palpitar

Que no llega a ser doliente

 

Sin pretender ser dueño ni sombra

Ni ancla perpetua para el barco errante

Solo el placer del amor silencioso basta

Para impulsar un corazón galopante.

 

Autor: Juan Pablo Núñez Regueiro.